José Luis Sandín
Fuga
Ciudad espiral
Ardid informático
A los días, su viuda corrigió en el Wikipedia la fecha de defunción. En su registro original, la había datado tres días antes de que él se suicidara en las aguas del río.
El espejo electrónico
En efecto, a la semana vio que más personas habían comprado un espejo como el suyo, iban muy contentas, por lo que dio por zanjado el asunto de la reclamación. Más que nunca estuvo de acuerdo en que, después de todo, el humano es un ser fragmentario.
Reflejados
Historia para cubo
****** La codicia le ha ganado al amor. Su cuerpo se mece en un ir y venir de las olas, entre espumas y algas del amanecer.
****** —Calla. Ya no perteneces a este lugar. Ahora es de mi hijo. Vete ya, por dios.
—Siempre he vivido en esta casa, siempre. Aunque lo deseo, no puedo marcharme.
****** El disparo rompe la inmersión de la noche en el mar. Ella cae, salpica el aire con sus gotas saladas de vida. El cielo está teñido de rojo y plata.
****** —Vamos. Quiero recordar los atardeceres a tu lado.
—Hace tanto que no veo el cielo teñido de rojo. Vamos.
****** Aspira a irse de la casa de los odios, salir en vuelo por la primera ventana abierta. Está atada de por vida y de por muerte. Grita su impotencia.
****** Al contacto con el agua, el lazo se estrecha y la conduce hasta su morada: la casa que le acaba de robar su hombre. Solo los unicornios de mar le dieron el adiós.