Adriana Azucena Rodríguez
Apenas…
El agua comienza a anegarse; mi cabello, rizado y, como recordarás, bastante rebelde, se esparce al viento ajeno a mi voluntad, no he pagado la luz y el tenue brillo de la lámpara no logra vencer mi añejo problema de astigmatismo. Debo también la renta y otros gastos del mes. Apenas me quedan algunas de tus valiosas aportaciones al pensamiento actual —no tenías ojos de esmeralda ni perlas en la sonrisa: tu posmodernidad no lo permitía.
De Postales (mini-hiper-ficciones) (Fósforo, 2012)
El regalo
Feliz, ahíto de sangre, un niño vampiro volvía a creer en Santa.
De La sal de los días (BUAP, 2017)
Experto
De Si todos somos monstruos (NortEstación, 2020)
Vertical
De Viajes ilustres (La Tinta del Silencio, 2020)
Gatibro
Sobre todo, un gato libro ronronea.
Se deja leer si uno pasa los dedos sobre su lomo y sus páginas; entonces se estira de gusto para luego extender sus uñas de pura maldad. No tiene siete vidas, sino miles, pero tampoco es infinito. Un gatibro, aunque parezca estar en reposo, o profundamente dormido, siempre está al acecho, a punto de saltar al vacío.
De Pandemínimos y microfélidos (Letra Franca, 2022)