Édgar Omar Avilés
El burro decapitado
Soñó con 1000 zombis
El pueblo del puerto
Luego del tsunami, el pueblo del puerto quedó sumergido, y a las sirenas les aterra que los fantasmas humanos persistan bajo el mar.
La fuga
—¿Y tu padre y tu madre y tu hermano? —pregunta encañonándola con la mirada. En su lista de condenados se informa que es una familia de músicos.
—Aquí, señor… —la niña tiembla, pese a ser la más valiente de los suyos.
Al fondo se escucha una música a ratos mansa a ratos nerviosa compuesta por un piano, un violín y un salterio. El oficial busca con la vista. Luego ordena a sus soldados que vayan por la familia. Tras destrozar armarios, voltear camas, romper muros y alfombras, no logran encontrarlos.
—Maldita mocosa, ¡los escucho tocando! ¡Dime dónde se esconden antes de que te arranque los brazos!
La niña llora, tiembla tanto, vibra de tal manera que desaparece. Una flauta traversa se suma a la esplendorosa música de fondo.
Extravías
Neonatos
El mundo se acabó
La ley
Dios se disponía a fulminar a ese hombre, pero, lleno de pánico, volteó hacia atrás.