Cristina Gutiérrez Mar
Prozac poética
Rehilete de sirenas en un fluir constante visitan metáforas de la vida, siempre me invitan, yo escribo que sueño con los ojos tatuados de las Nereidas.
Orbito vagabunda con corales, gardenias, horas líquidas, incluso vagones repletos de tornasol se adhieren al tren de pensamiento. El cielo es mar y las tormentas rayan pasados con erratas. Mi mente vuela dentro de un cuento largo.
Zarpo, floto, fantaseo, eyaculo, muero, reencarno, existo. Espero en un andén folclórico, puertas se cierran, una única llave, neologismo de papel, laberinto rectangular, extravío la cabeza, me encuentro: escribo.
Abracadabra, infancia viva. Ventanas abiertas, purificación del aire y se borran metamorfosis inconclusas. Mi niña interior murmura sobre mi nariz, estornudo en la hoja. El texto toma forma de poesía.
Crujo al narrar el inconsciente, mi mano derecha no suelta el lápiz, el papel sucumbe, ordenamiento en palabras, se estremece la razón, fábula en delirio, esta soy yo en temblor líquido textual.
Proclamo el verso urgido de mis labios para besar la prosa. Dicha extravagancia simplifica la edición.
Oral albedrío plasmado en realidad dentro de lo intangible y viceversa. La escritura confirma que sueño en paraísos con desfase gravitacional.
ÉTICA caótica es mi alma pasajera en este mundo y eterna en mis escritos seré.
Poémame
Loción del tiempo
Relación gramatical
Nuestro verbo es entrar el adverbio dentro la preposición de
Y el espermático pronombre mí.
Tu coma en mi punto de equilibrio
Me gusta la idea del presente infinito le quedas a mi boca y desatas calma en mi cabeza de vértigo.
Tiemblo de verbos cuando colocas tu coma en mi punto de equilibrio abres las mañanas con trazos lentos levitas en cada una de mis vocales.
Y en mis muslos diseñas la portada de memorias que leeré en un futuro como una minificción cuando debería de ser toda la novela sin editar.