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INÈS ABASSI

ESPEJOS DE OCTUBRE
Con gotas de agua de vacilación
Froté la tela de la nostalgia
rejunto los rasgos de mis amantes
uno por uno
sonriendo para todas las cosas
que flotan ahora pesadamente en el superficie de la memoria
en este momento
quiero decir hace seis años
el momento era perfectamente acuático
el techo punzado de la estación
el último tren que no lo hemos alcanzado
tu mismo camisa azul
manchado con el sollozo de mi kohl
y octubre está cargando el otoño en sus hombros con obstinación limpiando las lagrimas de las nubes
en los altos de loa árboles
en aquel momento
en los inviernos de matemáticas
que hacen vueltas para volverme a balances de letras cuando me despertabas
con golpes de guijarros en mi ventana de mi habitación universitaria para que bebamos el primer ̈kabusan ̈ de prisa
en aquel momento
había un sentido
para el lunar dormido en tu barbilla
para las conspiraciones de la noche
que están firmadas por canciones de marineros y constructores bor-
rachos
para las mañanas de nuestros encuentros allá, en la sombra del otoño tunecino
y hoy
¿todavía estas sentado en “el café de Paris” cada vez que viajas al norte?
¿Es octubre el espejo de nuestros cuentos todavía? No, no me sentí a la orilla del río como previniste Pero lo pasé como una bailarina
en un barco de equivocaciones de recuerdo.


LA CANCIÓN DEL BARRO
La noche se abre de mi imagen en el espejo
mientras estoy recogiendo los cadáveres de las letras
que se murieron por el exceso de las palabras
Escojo letras
las doy vida con las respiración de la nostalgia
y los espectros del color
para que se me abra la puerta del lenguaje;
entonces veo el aleph con su orgullo
como una gacela asesinada
La N en su gemido
Como una boca carmesí que se enamoró de los nombres de la pasión Después la Y con su extensión
y así se escribe en el aire la palabra YO
y a su alrededor hay una bandada de palabras
Yo
Soy la codicia de los caminos que han devorado mis pasos
Soy el aire de diciembre jugando con los rostros y los arboles
la lluvia lava el ladrillo rojo de las casas
y fabrica una escalera azul que extiende hacia el cielo
de mi lenguaje infantil
Soy el pan de los hambrientos amasado con el sudor
La noche de una amante que fluctúa en la cama de la hesitación y del
arrepentimiento
El satisfactorio de un gato en una noche de febrero Una sonata perdida en el campo de las canciones

Una música de un laúd heridos sus cuerdas
y la música de los viejos tambores en las selvas de África Soy
El sonido de la lanza cuando rasga el aire hacia su presa Soy las miradas de la presa a la hora de morir
Soy una yegua
descendí al río sin la brújula de viento y arboles
Soy el celo de la amante, la esposa y el enamorado
y la alegría robada en una calle oscura
Me duelen el color, el sol y las sombras
Me duele lo que no veo
Soy un campo de espigas hambrientos de sol
Un gemido de un olivo que tiene 100 años
Que había cortado por un hacha ciego
El susurro del fuego encendido por el último indígena Se pegó a la tierra de su tienda antes de morir
El impulso de agua al fin del río
Una cascada de luz…Soy
El primer ceceo del niño cuando dice: papá
Por primera vez

Y soy la hija de barro y su madre Pero cuando me paro entre tus mano No seré sólo tu hija
¡Mi padre!


LEVES LUSTRES EN LA SOMBRA DE LA MAÑANA
En el momento en que nos encontramos
La sabiduría del olvido había destacó la sombra de sus lecciones
y los árboles en donde nunca excavemos nuestros nombres
se convirtieron en leñas en el quemador del tiempo
Pero hay otro cuento para nuestras manos
La mano: el viaje lento de la nostalgia
La respuesta de las voces ausentes en el pozo de la melancolía
la mano conoce bien su camino
Un puente pospuesto del deseo

¿Te acuerdas?
Cuando el agua se retrocedió y pasamos el puente
Un rojo vino se cayó en este momento de la bufanda de Señora Onda Tu voz es el señor de la noche
que viene profundo
estaba rodeada por las palabras que se van lejos en la carne del alma Puñales pequeños afilados y envenenados
con la ira
Las mismas gotas de sangre que se derraman de ellos
se crecen como rosas pequeñas
sobre la bufanda de la señora del otoño y invierno
Estas mismas palabras
están guiadas por la intuición de sangre de apagar su sed
de las arterias de antiguas heridas
No, no temes nada
Solo son palabras royales cornadas con rojo vino
se brillen sus letras con orgullo bajo el sol de abril
Y me acuerdo
Tu voz, el señor de la tranquilidad
Cuando repasa las contradicciones de clave de olor y canela
y tienta el café y mi sangre

¡O alma tuya!
que se derramas profundamente
cuando tu voz se viertas
despertando la fiebre de todos los idiomas dormidos en mi sangre ¡O voz tuya!
Se provoca una aroma
a la hora de encontrarnos
bajo el techo de la seducción de la fragancia
y el clavo de olor que cubrió el piso de la nostalgia
se sube suspirand
¡O amor mío!

Eres un enredamiento de letras y ramas verdes
y la cuenta de poemas, selvas, mañanas
y vasos quebrados por casualida
El momento del encuentro nervioso de los dedos mojados por el fuego …
Ahora
Me escurro de ti como un dolor que no se aguanta
Para pasar el sangrante de tiempo y regarlo con escrutinio
En las mañanas brillantes por la voz de Fairouz
Y por todo lo que pasó y lo que no pasó
No…No te vestiste completamente para mí
Por eso, mi escape no era verdadero
en aquella noche de despidida
Estaba lloviendo en algún lugar en la tierra
Unos pájaros coloradas sus cabezas con el azul de la madrugada
se caen
Para que se suban en el espejismo: hojas rojas de otoño
y
lagrimas de un río pequeño


UN PUENTE CORTADO ENTRE DOS RIBERAS
Descalza salí de Benzert
Sólo habían cestos de luz
Que cargué conmigo algún verano
¿Es el suministro del camino en los cestos?
La luz tenía hambre al azul dormido
En las puertas decoradas de Benzert
Con las caricias y recuerdos
La luz
Tenía sed al blanco renovado de las paredes
En los callejones subidos vueltos y vertidos
Entre la montaña y el mar
Las estaciones roban sus magias de Benzert
Y Benzert es una muchacha mimada zambulló sus piernas en el agua fría del mediterráneo
No era una pieza del verde deseado de la tierra
Solo
Era su corona
La ciudad de los mártires que se oscurecen con gaviotas y se perfume con los murmullos de los enamorados Su vestido está decorado con racimos
de uvas brillantes en un lugar seguro
Bajo un sol tunecino tranquilo

¡O padre!
Regálame de su mar
Una cadena de peces suaves acuarelas azules
es que el gancho de mi memoria está colgado entre dos olas ¡O padre!
Mi corazón está ahorcado entre dos viajes
Balancea cansado
Como un puente cortado entre dos orillas
Mi corazón
Un canto colgado en los labios de un marinero muerto
Las olas lo botaron antes de que hubiera terminado su canción !O padre¡
¿Estás poniendo en mi habitación todavía el jazmín prematuro, antes de abrir las ventanas?
Para el despierto de la tarde que corre en el lugar y en mi sangre ¡O padre!
Regálame más fotos
de nuestra ciudad sombreada por los árboles altos de la nostalgia Regálame la ronquera de tu voz cuando dice
¡Viva la patria!
Cuando cosechas las almendras verdes y suaves como tu corazón ¡O padre!
¡Padre!
¿He dicho para ti que tu corazón es mi patria?

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Inès Abassi

Nacida en Túnez en 1982, es una escritora, poeta, traductora y periodista tunecina. Ha publicado varios volúmenes de poesía, incluyendo Secretos del viento (2004), galardonado con el Premio de Poesía...
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